La emergencia humanitaria compleja que atraviesa Venezuela afecta todos los campos de la vida de los ciudadanos. Las actividades de las comunidades, las cuales han funcionado durante más de 100 años, se han visto reducidas, hasta llegar cerca de perderse, ante la falta de presupuesto, los hurtos y el olvido de las políticas públicas.
En el municipio Campo Elías, estado Mérida, existen tres escuelas de labores que durante años han servido para formar a los habitantes en diferentes habilidades, además así de ofrecer un espacio de distracción para muchos adultos mayores.
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La escuela de Artes y Oficios Canónigo Uzcátegui data del año 1788, año que, según libros de historia basados en Don Tulio Febres Cordero, se fundó, durante más de 200 años ha permitido aprender laborales a quienes viven cerca de la ciudad de Ejido. Sin embargo, desde hace años esta institución ha sufrido los golpes de una crisis económica, social y política.
Alrededor de 300 personas de comunidades cercanas hacen vida activa en las escuelas de labores de Ejido, allí se ofrecen más de 10 cursos que van desde la barbería, tejido, costura, pintura y repostería. Esto permite generar emprendimientos e ingresos para los habitantes.
Condiciones actuales
En la actualidad las escuelas de labores en Mérida pasan por una situación crítica producto de los hurtos. No cuentan con baños funcionales, las cercas perimetrales se encuentran destruidas, sus puertas han sido arrancadas, sus luminarias fueron retiradas y parte de sus equipos han sido atacados por delincuentes.
Los directores y profesores aseguran no haber recibido ningún presupuesto para mejorar las instalaciones que caen a pedazos. Esto ha limitado las enseñanzas que, pese a las dificultades, se siguen impartiendo por un sentido de pertenencia y vocación.
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Pese a las dificultades
A pesar de todas limitaciones, muchas personas siguen sumándose y manteniendo el proyecto. Teodolina Maldonado, directora de la Escuela de Artes y Oficios Canónigo Uzcátegui, comenta que el municipio se ha visto beneficiado de la educación impartida en esas escuelas.
Maldonado también pide a las autoridades competentes toda la ayuda posible, ella recuerda que muchos de los daños que hoy tienen las escuelas fueron ocasionados durante las protestas del 2017.
Mari Carmen Ruiz, directora de la Escuela de Artes Elonia Ramirez, también ubicada en Ejido, expresó que el salario percibido, de menos de cinco dólares al mes es otra de las problemáticas presentadas para el desarrollo del arte en el estado, “acá nos mantenemos por el amor que tenemos hacia la profesión y el ánimo de nuestros estudiantes”.
El arte y los oficios en Mérida no escapan de la crítica realidad del país. La cultura de las regiones se pierden ante la indolencia de las autoridades, quienes no buscan maneras para solucionar y dejan promesas en el olvido con cada campaña electoral.
