En medio de una crisis política que iba en aumento y un gigantesco descontento social, un grupo de venezolanos salió a las calles de Valencia, estado Carabobo, a expresar su descontento, lo que no esperaban era la represión con armas de fuego por parte de un grupo de funcionarios de la Guardia Nacional.
Gritos, personas corriendo y terror… Además de una herida de gravedad. Geraldin Moreno Orozco, de 23 años, cayó herida víctima de las balas. Uno de los guardias bajó de su motocicleta y le disparó a corta distancia a cuerpo y cabeza.
Luego de varios días luchando por su vida, Geraldin Moreno murió el 22 de febrero de 2014.
Hace 10 años que esta joven que soñaba con una Venezuela auténticamente libre y exigía un cambio político en las calles, fue injustamente asesinada, producto de la represión de organismos de seguridad que ese mismo año y los posteriores continuaron con su temática opresora contra manifestantes.
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Recuerdo de Geraldin Moreno
“Hace 10 años tengo la única certeza que tengo es que mi Geral ya no está”: así recordó Rosa Orozco, madre de Geraldin Moreno, a su hija a 10 años del vil asesinato.
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A través de redes sociales, Rosa narró cómo desde hace una década tan solo reina “la pesadilla” en su hogar y lo difícil que ha sido la recuperación.
“Un 19 de febrero hace 10 años comenzó la pesadilla que tuvo el nefasto final el 22 de ese mismo mes, final que comparto con otras 333 madres venezolanas. Igual que todas ellas tuve que soportar el dolor de perder un hijo, enterarme de un día para otro lo que significa ver una habitación vacía, lo que significa tratos crueles e inhumanos; junto a ellas o por ellas, he llorado desconsolada”
Con tintes muy precisos, puntualizó el dolor que lleva dentro por la falta que le hace su hija: “Cuando declararon su muerte, una parte de mi también se había ido y supe, como todas esas abuelas, tías, hermanas y madres venezolanas cuyos hijos fueron víctimas del desmedido patrón de represión”.
Rosa Orozco tiene muy claros sus anhelos. A pesar que la investigación parece cerrada y los culpables se hallan tras las rejas, pide que continúe adelante una profunda indagación para dar con quienes dieron la orden que seis GNB reprimieran con armas de fuego la manifestación donde murió su hija hace 10 años.
“Sigo firme en esa promesa y quiero dar las gracias a todos aquellos que desde aquella vez, han ofrecido su mano amiga, a ellos les pido, seguir sembrando fe y esperanza en el camino correcto, que no es otro que el de la justicia”.
El caso
En 2016, y ante las rotundas pruebas presentadas por el Ministerio Público (en aquel entonces a cargo de Luisa Ortega Díaz), fueron condenados a 30 años de prisión el sargento de la GNB, Albin Bonilla Rojas, mientras a 16 años y 6 meses le dictaron al también sargento Francisco Caridad Barroso.
Los fiscales 39º y 44 nacional y 28º de esa jurisdicción, Adriana Valdez, Rubén Pérez y José Antonio López, respectivamente, ratificaron los órganos de prueba contra el sargento segundo Bonilla Rojas como autor en el delito de homicidio calificado con alevosía por motivos fútiles, quebrantamientos de pactos y convenios internacionales, uso indebido de arma orgánica y trato cruel en grado de complicidad correspectiva en perjuicio de un hombre que resultó herido por perdigones.
Mientras que el sargento Caridad Barroso fue condenado por ser cómplice no necesario en el delito de homicidio calificado con alevosía y por motivos fútiles, uso indebido de arma orgánica, quebrantamiento de pactos y convenios internacionales y trato cruel respecto a la víctima que quedó con vida.
A pesar de esta resolución de la justicia, tanto familiares de Geraldin Moreno Orozco como organizaciones internacionales defensoras de derechos humanos, alientan a que sigan adelante las investigaciones para dar con los responsables intelectuales y la cadena de mando en la Guardia Nacional.
