El 7 de marzo de 2019 fue un día de profunda incertidumbre para la población venezolana. Fueron siete días de oscuridad desde que ocurriera un corte eléctrico que privó del servicio a más del 90% del país.
En la capital Caracas el caos fue inmediato. Cuando regresaban de sus puestos de trabajo, oficios u ocupaciones diarias, los ciudadanos se vieron sorprendidos por la oscuridad. Al final de la tarde, a las 4:40pm, ocurrió el corte eléctrico que generó el colapso en el tránsito terrestre y subterráneo (metro).
Sin televisión, sin radio, sin internet… No hay había forma de comunicación, nadie sabía en las calles qué estaba ocurriendo y solo quedaba resolver formas para regresar a sus hogares.
Lo que comenzó como un evento puntual se convierte en una crisis que se extendió por una semana, con graves consecuencias humanitarias, económicas y sociales.
Pérdidas humanas por el ‘Mega Apagón’
Los hospitales y clínicas venezolanos, ya maltratados y sobreviviendo a una crisis sin precedentes en la historia republicana venezolana, fueron los principales afectados por el corte de la electricidad.
Sin el servicio, no podían mantener funcionando los equipos de atención médica para pacientes graves o los neonatos. Los centros asistenciales de interior de Venezuela fueron los más golpeados por la situación.
De acuerdo con organizaciones independientes como Médicos Sin Fronteras, cerca de 40 vidas se perdieron en los hospitales ante la falta de servicios de atención médica, algunos defensores de derechos humanos alertan la cifra pudo haber sido más alta pero ante la opacidad y censura de las autoridades esto no trascendió.
El diario estadounidense The New York Times, citando una fuente interna en la administración de Nicolás Maduro, aseguró que 47 personas fallecieron tan solo en el Hospital Central de Maracaibo, en el occidental estado Zulia.
Crisis en comercios y otros servicios
Una imagen repetida durante los días de crisis, fue la de las carnicerías vendiendo a precios muy bajos e incluso regalando la proteína animal a los ciudadanos que hacían largas colas.
Ante la imposibilidad de mantener el producto en buen estado ya que no contaban con la forma de acondicionarlo, prefirieron hacer un ‘remate’ para evitar mayores pérdidas.
A la par que el servicio eléctrico no lograba ser restablecido, otros servicios se vieron mermados, como el del agua por tuberías y gas doméstico.
En las calles de varios estados de Venezuela y el Distrito Capital las personas deambulaban buscando manantiales o fuentes naturales para recargar sus envases con agua.
En Caracas, por ser un valle, los ciudadanos acudieron a los riachuelos de la montaña y ser organizaron en filas solidarias para poder todos los presentes con el líquido vital.
¿Qué dijeron las autoridades del ‘Mega Apagón’?
El apagón, producido en medio de una crisis política por la falta de reconocimiento internacional de Nicolás Maduro como presidente y con Juan Guaidó liderando al gobierno encargado, colegiado por la Asamblea Nacional (AN) electa en 2015, tuvo diferentes autores de acuerdo a versiones apresuradas de las autoridades.
El fiscal general Tarek William Saab (leal a Maduro) acusó a Juan Guaidó de ser el autor intelectual de un supuesto “ataque con drones” contra la Central Hidroeléctrica Simón Bolívar, pulmón energético de Venezuela.
Mientras que el Parlamento y la para entonces coalición de países ‘Grupo de Lima’ culpó al chavismo del hecho, asegurando que en más de 20 años de gobierno no habían realizado las inversiones de acondicionamiento necesarias, Nicolás Maduro acusó a Estados Unidos y sus ‘aliados’ de planear un “sabotaje al sistema eléctrico”.
