Los republicanos de la Cámara de Representantes de EE. UU. pusieron en marcha un juicio político contra el presidente de ese país, Joe Biden, por una presunta red de corrupción que involucraría a su familiar, una medida que, al parecer, no tendría oportunidad de avanzar debido a la cantidad de escaños en el Senado.
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Biden es acusado por los conservadores de supuestamente haber utilizado sus influencias durante la administración de Barack Obama, en la que ejerció la vicepresidencia, para ayudar a su hijo, Hunter Biden, en unos supuestos negocios irregulares con China.
Esta acción por parte de los republicanos fue calificada por el ala demócrata como una “maniobra política para distraer la atención” del cerco judicial que pesa sobre Donald Trump.
James Comer, presidente del Comité de Supervisión de la Cámara Baja, actualmente bajo el dominio republicano, afirmó que los legisladores cuentan con “una montaña de pruebas” que demostrarían que el hoy presidente “abusó de su cargo público para el beneficio económico de su familia”.
A la convocatoria de la primera audiencia sobre la investigación para el “impeachment” (juicio político) contra Biden, que tuvo lugar este jueves, fueron invitados expertos en Derecho para revisar las cuestiones legales que rodean la investigación, reseña la agencia EFE.
Sin embargo, no se presentaron ni testigos ni pruebas concluyentes de la relación de Biden con los supuestos negocios corruptos. Los republicanos, por su parte, sostienen que por ahora el objetivo del juicio político no es el de destituir al mandatario sino el de poder ampliar la investigación sobre las presuntas irregularidades.
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