El Refugio Canino El Valle opera desde el año 2007 en la parroquia El Valle, zona de la capital venezolana, con la misión de abrir sus puertas a los animales que se encuentran desamparados en las calles de Caracas y encontrarles un hogar a cada uno de ellos.
Tras la migración de la fundadora del albergue, Cristina Rincón y su esposo tomaron las riendas y velan día a día por el mantenimiento y alimentación de los 18 perros que viven en el recinto, aunque enfatizó que la manada en su totalidad consta de 40 caninos.
Cristina reveló que para mantener a los perritos recurrieron al ingenio, ya que, debido a la situación socio-económica que se vive en el país no cuentan con tanto apoyo de la comunidad.
“Cuando empecé en el 2015 trabajábamos solamente con donativos, el poder adquisitivo del venezolano era diferente y podíamos contar con más ayuda. Pasaron los años y llegó la pandemia, así que tuvimos que empezar a reinventar”, explicó.
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Varias de las ideas para continuar con el refugio fue empezar a hacer jornadas de vacunación con apoyo de médicos veterinarios, cortes de uñas a cambios de kilos de arroz y bañar perros a cambio de proteína.
La directora del refugio aclaró que no reciben ayuda gubernamental, aunque estén inscritos y trabajen ocasionalmente en alianza, no les otorgan ningún tipo de beneficios sino “algún apoyo que necesiten a nivel legal”.
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Además, indicó que desde el inicio de la pandemia el abandono de mascotas aumentó considerablemente, por lo que personas se han acercado hasta la sede para saber si pueden dejar a su peludo en el refugio. Sin embargo, debido al hacinamiento de animales, en muchas oportunidades no pueden recibirlo.
“Vienen muchos dueños de mascotas pidiendo ayuda porque no pueden seguir manteniendo a sus perros. A ellos tratamos de que se queden con el animalito pero lo publicamos (en las redes sociales) y tratamos de conseguirle un hogar temporal para no traerlo hasta aquí porque es un área muy pequeña”, destacó.
