Las autoridades de Panamá afirman que desde la comunidad internacional “no están entendiendo la gravedad de la crisis” relacionada con los migrantes que cruzan la selva del Darién, además de denunciar que no reciben los recursos “solicitados” ni “necesitados” para atender el flujo de caminantes, el cual iría en aumento.
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“Sentimos que no están entendiendo la gravedad de la crisis para un país pequeño como Panamá, con un presupuesto limitado y una pandemia que nos azotó la economía igual que a todos los países de la región”, alertó la directora del Servicio Nacional de Migración de Panamá (SNM), Samira Gozaine.
La funcionaria puntualizó que la ayuda recibida “muchas veces no concuerda” con la solicitada por las autoridades, especialmente la correspondiente a alimentos y potabilizadoras de agua.
Gozaine destacó que no solamente los migrantes requieren ayuda en demasía, sino las localidades receptoras de estos flujos de personas. “Son pueblos donde vivían 200 personas y de repente se ven inundadas con dos mil, tres mil personas. Les ha cambiado la vida esta ola de migración y a ellos también hay que atenderlos”, precisó la directora del SNM.
Otra de las denuncias del SNM es la insuficiencia del presupuesto que percibe la nación centroamericana para, entre otras medidas para hacer frente a esta migración forzada, la construcción de “acueductos” en los poblados receptores y la sobredimensión que atraviesan.
La autoridad migratoria panameña acuñó parte de este reclamo a su par de Colombia, al indicar que desde el otro lado de la frontera “no quieren colaborar” al negarse a “cerrar” o “minimizar” el tránsito por la selva.
