La Unicef denunció que los menores desplazados en el sur de la Franja de Gaza solo tienen acceso de 1,5 a dos litros al día de agua, el mínimo necesario para la hidratación e higiene a causa de la ofensiva de Israel.
En este sentido, la agencia de la ONU indicó que los sistemas de agua corriente y saneamiento de la zona “se encuentran en un estado crítico” y que “50 % de las infraestructuras están inoperativas o destruidas”.
“Cientos de miles de desplazados internos, aproximadamente la mitad de ellos niños, han llegado a Rafah (sur de Gaza) desde diciembre con una necesidad urgente de comida, agua, refugio, medicinas y protección”, acotó.
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También resaltó los peligros de enfermedades a los que están propensos debido a falta de dicho servicio.
Por su parte, la directora ejecutiva de Unicef, Catherine Russell, señaló en un comunicado que el “acceso a una cantidad suficiente de agua es un asunto de vida o muerte, y los niños en Gaza no tienen prácticamente una gota para beber”.
“Los niños y sus familia se ven obligados a utilizar agua de fuentes insalubres altamente salinizadas o contaminadas”, aseveró, mientras que alertaba que “muchos más niños morirán de privación y enfermedades en los próximos días”, destacó.