Expertos en economía debatieron sobre las posibilidades económicas que afrontaría Venezuela para el año 2022, para el cual el gobierno se habría visto en la obligación de invitar al sector privado a participar para mejorar las cifras de hiperinflación.
Durante la edición 27 del Congreso de Economía de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) titulado “Perspectivas Económicas 2022: ¿Qué cambio?”, varios especialistas en el tema presentaron distintos datos ante el panorama previsto para el próximo año tanto en Venezuela como en otros países de América Latina.
Luis Vicente León, profesor en la UCAB e IESA, y presidente de Datanalisis, expuso que en Venezuela “el gobierno se vio obligado a flexibilizar control de precios, dolarizar o permitir la dolarización de facto de la economía, para acercarse al sector empresarial e intentar resolver algunos temas tratando de invitar al sector privado”.
Por lo que el aumento de competencia afectaría principalmente a las empresas más grandes, las cuales tienen los costos hundidos.
Además, señaló que se verá una reducción “gigante” del mercado, por “grandes limitantes del entorno económico”: hiperinflación, crédito bancario limitado, sanciones económicas, entorno no competitivo (servicios públicos e infraestructura) e importación.
Sin embargo, existen oportunidades en ese nuevo frente, ya que, “viene una independización de la economía a la política, debido a un gobierno que se abre en lo económico y se concentra en lo político”.
“El mercado no será más grande, pero será aun mercado en el que el gobierno busca cierta apertura, empresarios se reactivan y mejoran las condiciones para trabajar porque trabajar con dólares es preferible para planificar, por lo que se esperan crecimientos limitados y habrán ganadores vinculados a sectores no transables (comercios, servicios)”, explicó sobre las oportunidades en el sector.
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León también indicó que de producirse flexibilización de sanciones habrá participación de empresas occidentales independientemente de la concentración de poder político, como podrían ser Vietnam o Irán. En caso contrario, igualmente habrá actividad pero se sufrirá un proceso de desoccidentalización de la economía.
A estas palabras se le sumó Asdrúbal Oliveros, socio director de Ecoanalítica, quien explicó que la reducción del Estado en esta área plantea tres desafíos:
Uno en el orden económico empresarial, en el que ahora al Estado que “no le queda otra que permitir que ese espacio que no puede realizar sea absorbido por el sistema empresarial”, lo que genera retos para el sector privado.
En el orden social, la estructura de subsidio y gasto público que garantizaba altos niveles de consumo y hoy ese Estado no puede proveer subsidios, lo que dejó por fuera a segmentos importantes de la población.
Y en el aspecto político “hay más espacio y poder de negociación del sector privado del gobierno que de la oposición, con el cual el Estado ahora tiene que medirse por no tener los recursos y ni el flujo de tiempos pasados”.
Por su parte, el economista y director del Rating and Bank Risk analysis BUNIAK & CO, Leonardo Buniak, profundizó en el sistema bancario del país como relanzamiento de la economía venezolana en el próximo año, el cual se “ha convertido en algo más que una banca enana” y sería el reflejo del país.
“Tenemos una banca venezolana que está asistiendo a una caída vertiginosa, que no es motor de crecimiento ni puede ser factor de crecimiento”, mencionó.
Buniak enfatizó que actualmente Venezuela no cuenta con una banca de intermediación financiera en crédito, por lo que solamente está al servicio del proceso de dolarización transaccional, convirtiéndolo en el sistema bancario más pequeño de América Latina.
“En el 2022 no podemos hablar de un crecimiento económico sin tener una banca capaz de financiar”, expresó.
