La medianoche del 4 de febrero de 1992 marcó la historia política de Venezuela: una rebelión contra el gobierno de turno, encabezada por un grupo de militares y liderada por Hugo Chávez, tomó la capital Caracas y otras ciudades.
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Su objetivo era claro: salir del entonces presidente Carlos Andrés Pérez.
Mientras algunos historiadores reseñaron que ese día fallecieron poco más de 30 personas, otros hacen referencia a más de un centenar de muertos.
Esta acción, que estuvo integrada por más de 2.300 hombres y fue denominada “Operación Zamora”, contó con oficiales de al menos 10 batallones que fueron dirigidos por Chávez, Arias Cárdenas, Acosta Chirinos, entre otros.
Lo reseñado en la prensa de la época determinó que las principales concentraciones tuvieron lugar en:
•La Residencia Presidencial La Casona.
• El Palacio de Miraflores.
• El Fuerte Tiuna.
• Las Comandancias Generales del Ejército y la Armada.
• El Comando Regional número 5.
• El Comando de Seguridad Urbana de la Guardia Nacional.
• La sede de la Disip en el Helicoide.
• La sede de la Comandancia de la Policía Metropolitana en Cotiza.
• Venezolana de Televisión (VTV) en los Ruices.
• La Base Aérea Francisco de Miranda.
Los analistas políticos, historiadores y periodistas de aquellos tiempos aseguran que el fracaso del 4F estuvo apegado a la actuación del Gobierno de CAP, su escape fue clave.
Todo esto toma lugar tras la llegada del mandatario nacional a Venezuela luego de haber asistido al Foro Económico Mundial de Davos (Suiza).
A pesar de las horas de confusión y desinformación entre los venezolanos,
Pérez decretó la suspensión de las garantías constitucionales, una decisión que desencadenó la ruptura de la unanimidad que existía entre los parlamentarios que respaldaban al Ejecutivo.
Pasada la 1:00 de la tarde de aquel día, el líder de la ‘Operación Zamora’ reconoció su derrota y fracaso con un “por ahora los objetivos no fueron logrados”, mientras los militares involucrados fueron juzgados y hallados culpables de rebelión.
Dos años más tarde, el presidente Rafael Caldera otorgaba un indulto a los involucrados en esta rebelión, con la firme convicción que se trazaría una alianza con los grupos políticos de izquierda y la oposición, el beneficio también benefició al jefe de la operación, Hugo Chávez.