Este 9 de noviembre se conmemora el 31 aniversario de la caída del Muro de Berlín, evento que marcó el inicio del fin de la Guerra Fría y la reunificación del país alemán.
Esta construcción también fue conocida como “el muro de la vergüenza”. Además de separar la ciudad de Berlín durante 28 años hasta el día de su destrucción.
Este muro no solo dividía a Berlín sino a toda Europa siendo catalogado como el símbolo de un “mundo bipolar” en el que Estados Unidos y la Unión Soviética eran parte de la influencia.
Pero, ¿Por qué existía este muro?
Al final de la Segunda Guerra Mundial, Alemania quedó dividida en cuatro sectores de ocupación: soviético, estadounidense, francés e inglés.
Para 1949, Alemania se había separado en dos, los sectores occidentales (estadounidenses, francés y británico) obtuvieron el nombre de República Federal Alemana (RFA) y el sector oriental (soviético) se convirtió en la República Democrática Alemana (RDA).
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¿Cómo fue la construcción del muro?
La deteriorada economía soviética y la creciente de Berlín occidental hicieron que hasta 1961 al menos tres millones de personas dejaran Alemania Occidental.
La RDA comenzó a darse cuenta de la migración en su momento, y el 12 de agosto de 1961, decidió levantar un muro provisional.
La mañana siguiente había sido colocada una alambrada provisional de 155km que separaba las dos partes de Berlín. Al pasar los años se registraron muchos intentos de escape, algunos con éxitos, otros no tanto, por lo que la seguridad del muro fue ampliándose cada día más.
¿Qué provocó su caída?
Con el pasar del tiempo, muchos alemanes orientales se encontraban cansados de la situación por lo que fueron organizados múltiples manifestaciones masivas mientras que el bloque soviético mostraba signos de desestabilización por los conflictos económicos y reformas políticas.
La noche del 9 de noviembre, Günter Schabowski, funcionario del partido de Berlín Oriental anunció reformas de viajes como respuesta a las protestas, mensaje que fue mal interpretado pues dio a entender que la RDA había abierto sus fronteras.
Miles de ciudadanos se aglomeraron para poder cruzar la frontera por el muro, mientras que los guardias abrieron las puertas.
Entre música y champán los berlineses comenzaron a destruir el muro.