Otro mandato termina en Latinoamérica con la salida de Iván Duque y el ingreso de Gustavo Petro a la Casa de Nariño, el primer mandatario de izquierda en Colombia.
Duque termina este 7 de agosto un liderazgo que empezó en 2018, con un balance en donde destacan el descontento social y los cambios en los estatutos migratorios debido a la crisis en Venezuela.
Ahora quedará en manos de Petro moldear un país profundamente desigual, según muchos expertos, con los riesgos ampliamente conocidos de una falla en la gobernabilidad por la aplicación de la ideología de izquierda en Latinoamérica.
Sin embargo, es necesario realizar una evaluación de los cuatro años de gobierno de Duque, analizado los puntos positivos y negativos de un período especialmente marcado por las tensiones con Venezuela.
Lo positivo
En entrevista a CNN, el analista político Camilo Prieto argumentó que uno de los puntos a favor de Duque fue la política migratoria para los migrantes venezolanos, siendo “la única que hace una diferencia”
“Ha sido una política excelente, ha sido una política modelo para todo el mundo, no solamente para América Latina, sino para el mundo”, agregó.
Otro aspecto positivo de la presidencia saliente fue el manejo de la pandemia de covid-19, cumpliendo con las medidas de control y lograr vacunar a millones.
Según Our World in Data, hasta el 18 de mayo Colombia tenía poco más del 69% de personas completamente vacunadas, y cerca del 13% de personas parcialmente vacunadas.
Por otro lado, Duque se alzó con un duro golpe al narcotráfico con la captura del líder del Clan del Golfo, Dairo Antonio Úsuga, alias “Otoniel”, en octubre de 2021, siendo extraditado a Estados Unidos posteriormente.
Pero la extradición de Otoniel solo generó más violencia y días después el Clan del Golfo hizo un paro armado en al menos 10 de los 32 departamentos del país. Esa misma semana, el fiscal contra el narcotráfico de Paraguay Marcelo Pecci fue asesinado a tiros en una playa privada en Cartagena.
Derechos Humanos, desigualdad y economía
Según el informe del Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz) sobre el gobierno saliente, entre el 7 de agosto de 2018 y el 1 de agosto de este año se registraron 957 asesinatos de líderes sociales, 545 casos de desplazamiento forzado, 261 asesinatos de excombatientes, 555 secuestros, entre otros.
Una crisis social estalló en 2019 con la fallida y retirada reforma tributaria que hizo salir a millones de personas a las calles en varias ciudades del país, siendo una oportunidad para que las manifestaciones tomaran otros motivos más históricos, como la violencia y la desigualdad social.
Durante la era Duque, la inflación pasó del 3,23% en septiembre de 2018 al 9,67% en junio de 2022, según datos del Banco de la República.
El precio del dólar pasó de 2.898 a 3.967 pesos al 28 de abril, alcanzando su punto máximo en marzo de 2020, llegando a los 4.153 pesos, según datos del banco central.
El Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (DANE) reportó que la tasa de pobreza aumentó del 36% en 2019 al 42,5% en 2020.
En junio de 2022, la Comisión de la Verdad entregó un histórico informe final de la memoria del conflicto armado que eclipsó al país durante más de medio siglo, documento que sostiene que, a cinco años de la firma del acuerdo de paz entre el Gobierno y las FARC-EP, “la lenta y parcial implementación de lo pactado, sumada al recrudecimiento de la violencia en algunas zonas, han obstaculizado la posibilidad de avanzar decididamente hacia la construcción de paz”.
