La ciudad de Barquisimeto, estado Lara, recibe aproximadamente a más de tres millones de feligreses que acompañan cada 14 de enero a la imagen de la Virgen de la Divina Pastora.
Los creyentes harán finalmente el recorrido de esta advocación mariana, tras enfrentar dos años de restricciones por la pandemia de la covid-19, que redujo drásticamente el número de asistentes que anualmente acompañan con fervor y alegría a la Virgen.
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La Procesión de la Divina Pastora se considera como la tercera más grande del mundo, solo superada por la de la Virgen de Guadalupe (México) y por la procesión de la Virgen de Fátima (Portugal); sin embargo, su diferencia está en que la imagen de la Virgen sale de su templo, donde llegan miles de turistas venezolanos y extranjeros a dar gracias o a pedir su intercesión en un recorrido de más de 7,5 kilómetros.
El pasado 5 de enero se realizó la ceremonia de su bajada, una celebración solemne donde la imagen fue trasladada desde su nicho al Santuario de Santa Rosa, en el que permanece nueve días antes de ser escoltada hasta la Catedral. Desde ese momento, es preparada para su recorrido y los devotos tienen la oportunidad de visitarla en las distintas eucaristías celebradas.
En esta ocasión, como parte de la conmemoración de sus 165 años de devoción pastoral, los creyentes realizaron una pequeña procesión por los alrededores de la plaza de Santa Rosa, acompañados por el párroco de la iglesia, Humberto Tirado.
Su llegada a Venezuela
El inicio de esta veneración se remonta a 1736, fecha en que el párroco de Santa Rosa encargó a un famoso escultor que le hiciera una estatua de la Inmaculada Concepción.
Por una extraña equivocación, en lugar de la Inmaculada, llegó al pueblo la imagen de la Divina Pastora. De inmediato el párroco quiso devolverla, pero por mucho que lo intentaron, no pudieron levantar el cajón donde venía la virgen, este de la nada se puso muy pesado, lo que la población interpretó como una señal de que la Divina Pastora quería quedarse entre ellos.
Para 1812, el templo donde se veneraba la Divina Pastora fue destruido, pero su imagen quedó milagrosamente intacta, hecho que reforzó la creencia de los fieles de Santa Rosa de que la Virgen debía permanecer en el lugar.
En 1855, se desató en Venezuela la epidemia de cólera, donde perecieron muchos barquisimetanos por el terrible mal. Desesperados, los pobladores decidieron sacar a las calles a la patrona de los larences para implorar su misericordia, cesando desde ese dìa la enfermedad.
Desde entonces, y en conmemoración a ese milagro, la imagen de la virgen con sombrero pastoril, cubierta por un manto, sosteniendo en su mano izquierda al Niño Jesús y apoyando la derecha sobre un cordero, es trasladada desde su iglesia, en el pueblo de Santa Rosa, hasta la Catedral Metropolitana de Barquisimeto, para posteriormente regresar a su nicho el sábado antes del domingo de Ramos de Semana Santa, hasta 14 de enero del próximo año.
Autoridades esperan llegada de cientos de turistas
El alcalde del municipio Iribarren, Luis Jonás Reyes informó que ya se realizó 90% de los trabajos y mejoras previstos para la visita 165 de la Divina Pastora a Barquisimeto. Asimismo, detalló que la meta es convertir la ciudad en un destino turístico religioso que sea reconocido internacionalmente.
Apuntó que en esta oportunidad 10 elementos nuevos serán ubicados en distintos puntos de la ciudad, entre los que destacó un rosario recientemente ubicado en la avenida Lara.
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Por su parte, el presidente de la Cámara de Turismo del estado Lara, Antonio Morales, detalló que a la fecha, 80% de las habitaciones de hoteles ya están reservadas con motivo del evento religioso.
Acotó que en el municipio se encuentra el mayor número de alojos disponibles con 4.750 camas, distribuidas en ocho localidades.
Hasta el momento, aproximadamente 1,5 millones de personas han reservado hospedajes para el 14 de enero.
Tras dos años, nuevo atuendo
Monseñor Víctor Hugo Basabe, administrador apostólico de Barquisimeto, destacó que el diseño del vestido se elaboró bajo la concepción del reencuentro, ya que el lema escogido para esta procesión figura como “María, signo de reencuentro”.
Se trata de un traje blanco y con laterales de color verde, bordado con pedrería dorada, acompañado de una capa color rojo rodeado de cristales, en el que se podrá observar el símbolo del reencuentro, que adornará a la Santa Patrona este año.
El traje fue confeccionado por la legión mariana durante más de tres meses, elaborado a mano.
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