El desplome del poder del salario en Venezuela ha llevado a los trabajadores del sector público a incursionar en el empleo informal para percibir más dinero y así paliar la crisis que padece el país. El más común es la venta de golosinas, tanto en las calles de la nación sudamericana como en espacios concurridos, como plazas o unidades de transporte público.
Tal es el caso, reseñado por la agencia EFE, de Pedro Martínez, un camillero que trabaja de noche en un hospital de Caracas, pero de día vende galletas en un bulevar de la capital venezolana. Afirma que el sueldo que percibe, cercano a los 30 dólares mensuales, no es suficiente para cubrir los gastos de su hogar.
“Desde hace cinco años para acá, he tenido que salir a la calle a trabajar en la buhonería porque el sueldo que ganamos, el salario, como lo quieran llamar, no nos alcanza para cubrir nuestras necesidades diarias, menos semanales o mensuales”, dijo el hombre de 56 años a la agencia de noticias española.
Desde hace unos cinco años Pedro se incorporó a la informalidad laboral en Venezuela, a mediados de 2017, cuando la hiperinflación empezó a abatir al país. Una situación parecida también la padece Carlos Betancourt, quien labora para una institución del Estado venezolano, y ahora también se dedica a la reparación de electrodomésticos.
“Me he dedicado a hacer reparaciones de línea blanca”, revela, tras indicar que devenga 210 bolívares al mes, que al cambio oficial son casi 47 dólares. “”Eso no me da para poder sobrellevar la vida diaria de aquí de la familia, mi esposa, mi hijo, mi sobrina, mi hermana.
Debido al desplome del salario en Venezuela, sigue en aumento el número de personas que se incorporan al sector informal. La proporción de trabajadores por cuenta propia creció de 30,6% a 49,4% entre los años 2014 y 2021, de acuerdo con a más reciente Encuesta sobre Condiciones de Vida (Encovi).
Más de 50% de los trabajadores públicos, afirmó el secretario general de la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV), José Elías Torres, buscan en el sector informal un complemento de su salario “para la sobrevivencia”.
“Conseguimos hoy a trabajadores de los diferentes sectores, educadores inclusive, no solamente vendiendo verduras, (también en) actividades paralelas para tratar ellos de subsistir, porque es un problema aquí de sobrevivencia”, agregó Torres.
Con información de EFE.
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