Un estudio analizó los rasgos y la genética de los elefantes en Mozambique, en el que se encontró que la caza furtiva selectiva de aquellos ejemplares que tienen colmillos provocó que una gran cantidad de hembras nacieran sin ellos.
Las hembras de los elefantes del Parque Nacional de Gorongosa, en el país africano, están naciendo sin colmillos en aquellas regiones en donde se registran altas cifras del comercio de marfil, ya que, al parecer la causa es la caza furtiva, pues la matanza selectiva de ejemplares con colmillos ha llevado al nacimiento de más crías sin colmillos, según lo determinó un equipo de investigación de la Universidad de Princeton en Nueva Jersey.
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Para llegar a esta conclusión, el biólogo evolutivo Shane Campbell-Staton, quien trabaja en la Universidad de Princeton, junto con su equipo de trabajo realizaron un modelado matemático que confirmó que este cambio es el resultado de la presión de la caza.
Entre los resultados, publicados en la revista Sciencie, los científicos destacan que la mayoría de ejemplares que nacieron sin colmillos eran hembras, siendo el gen mutante el dominante en este género y resultando fatal para los machos.
El cambio físico de los animales puede tener varios efectos a largo plazo para la especie, según indicaron los especialistas, quienes descubrieron que los paquidermos con y sin colmillos comen diferentes tipos de plantas.
“Debido a que los elefantes son especies clave, los cambios en su dieta pueden cambiar todo el paisaje”, señala el coautor del estudio, Robert Pringle, biólogo de Princeton.
Además, explican que es probable que nazcan menos elefantes en general, lo que retrasaría la recuperación de esta población a pesar de que la caza furtiva ya es una práctica que no se da en ese parque.
Los colmillos son herramientas fundamentales para los elefantes, debido a que los emplean, por ejemplo, para excavar alimentos y minerales subterráneos. Además, con ellos pueden raspar y pelar la corteza de los árboles creando un hábitat para otras especies.
“La falta de colmillos en toda la población puede tener impactos como una reducción de la bioturbación, cambios en la composición de las especies de plantas, una menor heterogeneidad espacial y una mayor cobertura de árboles”, advierten los científicos.
Esta consecuencia sería la respuesta evolutiva a la brutal matanza a la que estos animales fueron sometidos por su marfil durante 15 años de guerra civil, debido a que la caza furtiva para obtener colmillos financió parte de las actividades de los dos bandos enfrentados en esa región y llevó a la especie al borde de la extinción.
