Yajaira Briceño es una de las muchas madres que, junto a su familia, viven por debajo del umbral de la pobreza extrema en Venezuela. Sus últimos 20 años han sido cuestarriba. La crianza y manutención de sus 12 hijos, y la próxima llegada de un treceavo, le hacen muy difícil brindarles una buena calidad de vida.
Radicada en el estado Nueva Esparta, la mujer cuenta que solo con Dios y la fe en Él es que ha logrado evitar que la pobreza extrema merme por completo su hogar. Contar con alimento es uno de los más graves problemas que enfrenta, pero no es el único; dos de sus hijos son niños con condición especial y la falta de dinero le ha hecho imposible llvarlos a un especialista.
Lea también: “A mi hija le hicieron una mala praxis ¿De qué sirve que se gradúen tantos médicos?” – Rostros de la Crisis
La madre cuenta que gracias al apoyo de una docente busca la forma de conseguir que un médico neurólogo los vea. Mientras tanto, con la paciencia y devoción resisten el día a día. La ida a la escuela es algo que, por fortuna, no falta.
El estado actual de su vivienda también da testimonio de la precariedad que padece la familia. Su baño es el espacio que tienen como patio y el agua llega dos veces a la semana. Las lluvias complican el panorama.
Yajaira indica que muchas personas le han ofrecido ayuda pero hasta ahora no se ha materializado. Mientras, la fe en Dios sigue siendo el pilar con el que su esposo y ella sostienen su hogar.
Disfruta de este y otros contenidos en nuestro canal de Youtube. Visítanos y suscríbete aquí: