Las autoridades de Sydney, en Australia, suspendieron este lunes la asistencia de los ciudadanos a los tradicionales fuegos artificiales para darle la bienvenida al Año Nuevo.
La medida fue aplicada tras el incremento de los casos por covid-19 en el país, enfermedad que las autoridades buscan prevenir, en la ciudad con más habitantes del continente de Oceanía.
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“Hemos renunciado a los proyectos de recibir público en las orillas (de la bahía de Sídney) para admirar los fuegos artificiales”, dijo la primera ministra del estado de Nueva Gales del Sur.
Cada año miles de personas se dan cita por la noche del 31 de diciembre, en las orillas de la bahía de Sydney para visualizar el espectáculo de los fuegos artificiales más reconocido en el mundo.
Desde el comienzo de la pandemia Australia registró más de 28.300 casos 909 decesos.
