Familiares de Erasmo Bolívar, Héctor Rovaín y Luis Molina, los policías metropolitanos condenados a 30 años de cárcel por los sucesos de Puente Llaguno en abril de 2002, y quienes suman 21 tras las rejas, aguardan por su liberación tras el diálogo en Barbados, que entre otros temas, se demandó la liberación de presos políticos.
Los policías metropolitanos fueron condenados a 30 años de cárcel, la pena máxima en Venezuela dictada por ser los corresponsables en la muerte de dos de las 19 personas que fallecieron por armas de fuego en una marcha que aspiraba llegar a Miraflores.
Fueron sentenciados por los delitos de homicidio calificado frustrado en grado de complicidad correspectiva, lesiones personales graves y leves en grado de complicidad correspectiva.
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De acuerdo con sus familiares, entre ellos María Bolìvar, a los policías metropolitanos no se les ha otorgado las medidas alternativas al cumplimiento de la pena que contempla el Código Orgánico Procesal Penal, las cuales están vencidas desde el año 2011, lo que incluye que los reclusos puedan salir a trabajar y regresar al centro de reclusión cada noche.
Actualmente Rovaín, Molina y Bolívar cumplen su condena en el Centro Penitenciario de Occidente, mejor conocido como cárcel Fénix, ubicada en el estado Lara.
La esperanza de sus familiares, entre ellos María Bolívar, es que tras el acuerdo de Barbados, Héctor Rovaín, Luis Molina y Erasmo Bolívar puedan retornar a sus hogares.
En este sentido, piden a la delegación de la Plataforma Unitaria en los diálogos con el oficialismos incluir a los tres funcionarios en la lista de liberaciones.
«Ellos son los primeros presos políticos de este gobierno y la gente los va olvidando cada día aparecen más personas en esas condiciones, pero yo suplico que los dejen en libertad. Después de 20 años tras las rejas, merecen pasar estas navidades en sus casas», se refirió Bolìvar.