Josy Querales es una de las tantas jóvenes venezolanas que decidió estudiar en una universidad fuera de la ciudad en la que nació, pero el futuro de su preparación académica está en peligro a causa de la situación económica y todo lo que ha conllevado la pandemia por la covid-19.
Querales es oriunda del estado Barinas, Venezuela, pero se trasladó a Mérida para cumplir su sueño de convertirse en una profesional, los gastos que esto acarrea se han convertido en un obstáculo.
El costo de alquiler de una habitación ronda entre los $30 y los $50, algo difícil de pagar para quienes dependen de sus padres y reciben una beca estudiantil que no pasa de $1.
“Yo generalmente gasto semanal entre $15 a $20. Yo soy de Barinas, intento cada vez que viajo reunir la mayor cantidad de comida que pueda y traérmela”, contó la joven.
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Para Querales era sencillo viajar constantemente a visitar a su familia pero el incremento en el pasaje ha hecho que sus traslados disminuyan. “Sale en $10 y sería ida y vuelta”.
Aunque Josy hace su mayor esfuerzo para seguir estudiando, hay muchos jóvenes que pasan por la misma situación y han decidido desertar de las universidades. Según expertos, el déficit de profesionales en unos años será una variable constante en Venezuela.