Decenas de manifestantes murieron y miles más resultaron heridos a manos de la policía en Kazajistán por las fuertes protestas registradas en el país, al tiempo en el que Rusia y sus aliados enviaron tropas para solventar la crisis.
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Las manifestaciones iniciaron el pasado domingo tras el incremento del servicio de gas en varias provincias, pero tomó fuerza al llegar a la ciudad de Almaty, donde las personas tomaron varios edificios de gobierno y por varias horas el aeropuerto local.
El Ministerio del Interior confirmó que hasta ahora han muerto 13 policías, dos de ellos decapitados, según DW.
La problemática interna representó un grave riesgo para la estabilidad de la región, por lo que Rusia y sus aliados de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC) anunciaron el envío de una “fuerza colectiva de mantenimiento de la paz”, por petición del presidente de Kazajistán, Kassym-Jomart Tokayev.
El mandatario denuncia que su país se encuentra inmerso en una ola de violencia y protestas denunciadas por el mandatario, quien recientemente implantó un toque de queda para evitar que las personas salgan de sus hogares.
“Grupos de elementos criminales golpean a nuestros soldados, los humillan, los arrastran desnudos por las calles, agreden a las mujeres y saquean los comercios”, dijo en un discurso televisado.