La crisis del coronavirus ha provocado cambios en las rutinas y en las prácticas de la gente común. El uso de los guantes y mascarillas se han convertido en algo habitual, y parece que es algo que se va a quedar.
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Pero el uso de estos artículos ha generado cierta preocupación entre los grupos ambientalistas, que alertan de la amenaza de estos productos por su mal uso cuando son desechados: muchos terminan en las alcantarillas, en la calle o directamente en el mar.
Es por eso que María José Algarra, una colombiana radicada en Miami Beach (Florida), impulsó el proyecto “Clean this beach up” para crear conciencia sobre el impacto de estos equipos de protección en el medio ambiente. Así fue cómo nació su particular “reto del guante”.
“Todo empezó porque vimos demasiados guantes y máscaras que estaban siendo desechados en la calle, en los aparcamientos, en los parques. Queríamos enseñar a la gente que botar basura en la calle no significa que vaya a desaparecer”, dijo, advirtiendo sobre el “impacto que tiene la contaminación plástica en nuestros ecosistemas, en nuesta fauna en nuestra salud”.
María José Algarra quería llevar a cabo “un movimiento a nivel local”, entre sus vecinos de Miami Beach, pero lo cierto es que el proyecto ha ido agarrando fuerza en los últimos días y su “reto” ha llegado a países como España, Portugal, Polonia, Francia y algunos territorios de Asia.