Las disciplinas deportivas, como cualquiera de las diferentes áreas de la vida, exigen disciplina, entrega e incluso pasión. Muy pocos logran llegar a la cima haciendo uso de estos elementos, otros tantos lo logran por su talento, pero sin la pizca de lo primero, rápidamente caen.
Son muchos los casos de deportistas que ven acabadas sus carreras debido a hechos por fuera de su disciplina. Las luces de los ‘flash’ y toda la atención pública tienden a absorber su voluntad de eso que definen como “hacer lo correcto”. Asimismo, la tragedia personal también puede perseguirlos: asesinato y suicidio.
Estos son algunos que han abandonado sus disciplinas ante lo trágico de sus vidas.
Oscar Pistorius
Quien en su tiempo fue ejemplo para cientos de deportivas con diferentes tipos de parálisis, vio mermada su carrera cuando en la madrugada del 14 de febrero de 2013 disparó en cuatro oportunidades a su novia mientras estos se encontraban en su domicilio compartido.
Oscar Pistorius, nacido un 22 de noviembre de 1986 en Sandton (actual Gauteng), Sudáfrica, sufrió a los 11 años de edad la amputación de ambas piernas debido a no tener peroné, por lo que le fueron colocadas unas prótesis.
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Su primer contacto con el deporte profesional olímpico fue en el 2008. A pesar que la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo (IAAF, por su nombre en inglés) no le permitió competir en las pruebas clasificatorias para los Juegos Olímpicos de Pekín 2008, Pistorius apeló la decisión ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) quien lo dejó participar, y aunque al final no ingresó a la máxima cita, creó un precedente en el atletismo.
Hizo historia cuando fue seleccionado para participar en los Mundiales de Daegu (Corea del Sur) 2011, y luego marcó un antes y un después cuando el Comité Olímpico Sudafricano lo confirmó para asistir a los Juegos Olímpicos de Londres 2012, siendo el primer deportistas con doble amputación con presencia en la máxima cita olímpica.
Ronaldinho
La “sonrisa del fútbol”, así le llamaban y se le recuerda. Ronaldinho Gaucho terminó su carrera en el deporte en el 2018 a los 37 años, luego de alargarla lo más que pudo y con escándalos de juergas, indisciplina y falta de profesionalidad.
Ganador con la selección Brasil del Mundial Corea – Japón de 2002, ‘Dinho’ dio el gran salto en Europa cuando un FC Barcelona en reconstrucción apostó por el juego alegre y regates improvisados del delantero, contratándolo del Paris Saint Germain (PSG) a cambio de 24 millones de euros (unos 26 millones de dólares). Ya conocía la alta gerencia del equipo culé de la actitud del jugador.
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Luis Fernández, quien fuera su entrenador en el PSG, escribió en sus autobiografía que Ronaldinho era un jugador con un talento indescriptible, pero con “escasa disciplina y tendencia a las fiestas”, que incluso irrespetaba las concentraciones antes de los partidos y llevaba mujeres a su habitación.
Pudo más su fútbol y durante dos temporadas el delantero maravilló no solo al Barca y a la Liga Española, sino a todo el mundo del fútbol. Con los culés ganó dos torneos locales, dos supercopas y una UEFA Champions League (UCL). Se erigió con un Balón de Oro, entregado por la revista France Football, así como dos FIFA World Player en años consecutivos (2004-2005).
Cuando se pensaba que tendría por mucho más tiempo el mundo a sus pies, el juego de Ronaldinho experimentó un frenazo, que hace contraste con sus continúas salidas nocturnas, llegadas tarde a los entrenamientos e interacción con las mejores discotecas de España. Ya era costumbre su foto en los diarios locales cuando salía de clubes nocturnos en horas de la madrugada.
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El bajo rendimiento del Barcelona obligó a que salieran de quien fuera su bandera insignia para años de títulos y buen juego. Con la explosión del joven argentino Lionel Messi y la llegada al banquillo de Josep ‘Pep’ Guardiola, Ronaldinho hizo maletas para jugar en Italia con el histórico Milán.
Menos rápido, kilos de más pero con la misma clase. En Italia, el brasileño dejó toques de magia, pero fueron más los partidos en los que se desapareció o estuvo de baja por lesión. En la nación transalpina ganó el torneo local de la temporada 2010-2011. Queda en la memoria que en una ocasión un grupo de aficionados lo obligaron a marcharse a casa cuando Ronaldinho se encontraba en un club nocturno, ya que días después enfrentaría al Inter en el derbi de la ciudad. El día del partido no mostró su mejor versión y su equipo cayó derrotado. El hecho fue de conocimiento en la directiva que perdió la paciencia con la ficha más cara en plantilla.
Regresó a Brasil, en donde buscó acobijo con el fútbol jugando para Flamengo y luego Atlético Mineiro. Con el primero pasó sin pena ni gloria, mientras con el segundo recuperó la forma y ganó la Copa Libertadores 2013. Tras este logro, jugó algo más que 20 partidos y acudió al llamado que le hicieron desde México. En la ciudad de Querétaro eran conocidas su grandes fiestas que alcanzaban hasta los tres días. No escatimó nunca en licor, mujeres y comida para sus cientos de invitados.
Ya no podía más físicamente. Estaba fuera de forma, ya sin sonrisa en los campos de juego y el fútbol no era su prioridad. Regresó nuevamente a Brasil y con el Fluminense finalmente colgó las botas.
Ahora nuevamente se encuentra su nombre en la palestra y no por el deporte que lo dio a conocer: fue detenido tras tratar de ingresar a Paraguay junto a su hermano con pasaportes falsos. Permanece en prisión preventiva mientras se llevan a cabo las investigaciones.
Aaron Hernández
Seleccionado por los New England Patriots de la National Football League (NFL – Fútbol Américano) en la cuarta ronda del Draft de 2010, Aaron Hernández era de los más prometedores corredores de la liga, distinción ganada tras varias temporadas en el torneo universitario.
Tras una buena primera temporada, los Patriots le ofrecieron una extensión de contrato que no dudó firmar: cinco años por 40 millones de dólares, así como un bono al firmar de 12,5 millones. Todo al parecer iba bien en la carrera de Hernández, aunque ya medios norteamericanos se hacían eco de que su vida personal no tomaba el mismo rumbo que su vida laboral: se decía que era violento en cuanto a su trato con los demás.
El principio del fin ocurrió un 26 de junio de 2013. Aaron fue acusado de asesinar a tiros al jugador semiprofesional de fútbol americano, Odin Lloyd, quien era el cuñado de su prometida. En la casa de Hernández se encontraron restos del arma homicida, huellas digitales y pruebas contundentes que había sido el asesino. Recibió detención preventiva sin fianza e inmediatamente los Patriots rescindieron su contrato.
Luego de mucha investigación, el tight end fue acusado de asesinado en agosto de 2013, y aún contra él pesaban otros delitos de asesinatos múltiples, en los estados de Florida y Massachusetts. Luego de dos años de juicio, en abril de 2015 fue sentenciado a cadena perpetua por asesinato en primer grado sin derecho a libertad condicional.
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Su defensa argumentó que solo presenció el asesinato de Lloyd, siendo descrito como un “espectador inocente”. Asimismo, señaló de culpables a los amigos de Hernández, Ernest Wallace y Carlos Ortiz, como los verdaderos asesinos.
La Fiscalía teorizó que Lloyd quizás fue asesinado por tener información de la supuesta participación de Hernández en un tiroteo en Boston en 2012 que resultó en dos muertes. Sin embargo, los fiscales no pudieron decir eso al jurado porque la jueza determinó que era especulación.
Por lo tanto, los fiscales no dieron un motivo para el asesinato, más allá de decir que Hernández parecía estar enojado con Lloyd cuando compartieron en una discoteca dos días antes de la muerte.
El ya exjugador cumplía cadena perpetua en el Centro Penitenciario Souza Baranowski de Shirley, Massachusetts, cuando fue encontrado colgado en su celda poco después de las 3 de la madrugada de un 19 de abril de 2017. Esto días después de ser encontrado inocente de otros cargos en su contra.
No todo concluyó ahí. Especialistas que lo trataron en prisión sospechaban que sufría de algún mal neurológico, cerebral. Por lo que tras su suicidio, fue trasladado su cerebro al hospital de la Universidad de Boston, a espaldas de la opinión pública y a petición de su familia y abogados. El objetivo era obtener mayor información sobre el extraño y violento comportamiento de Aaron.
Un día después de que la estrella de fútbol americano Aaron Hernández se suicidara en la cárcel, donde cumplía cadena perpetua por un asesinato, su cerebro fue trasladado al hospital de la Universidad de Boston en completo sigilo.
Se descubrió que el cerebro de Hernández, en efecto, presentaba síntomas de una grave enfermedad: encefalopatía traumática crónica (ETC), una condición degenerativa inducida por repetidos golpes en la cabeza. esto afecta el comportamiento de una persona y que es provocado por los múltiples y repetidos golpes en la cabeza que suelen recibir al practicar el fútbol americano.
Quien fuera jugador e ídolo en los New England Patriots, ahora es el centro de un documental de Netflix en el que se devela toda su carrera, tragedia y sin dejar de lado su enfermedad, la ETC. Tras este hallazgo, se hizo un llamado de alerta en toda la NFL de cuidar de sus jugadores.
Edwin “El Inca” Valero
Un 19 de abril de 2010, perdía la vida a causa de un suicidio, uno de los más prometedores boxeadores en Venezuela y el mundo: Edwin Valero, a quien le decían “El Inca” con mucho respeto y cariño en el mundo del deporte.
Nunca cayó derrotado. Durante su carrera logró 27 victorias por la vía del K.O. Consiguió los títulos mundiales de peso superpluma de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) y el de peso ligero del Consejo Mundial de Boxeo (CMB). De todas sus peleas ganadas, 18 fueron en el primer asalto.
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Fuera del cuadrilátero era polémico y los sucesos alrededor de su vida daban de qué hablar. Su primer contacto con los tabloides venezolanos más allá que por sus victorias en el boxeo fue en 2001. Sufrió un grave accidente de moto cuando manejaba sin casco. Tras una operación riesgosa logró evadir la muerte, aunque esto demoró un poco su puesta al ruedo profesional.
Por reglas del deporte en Estados Unidos, no pudo competir en esa país hasta que una comisión médica en 2008 determinó que su cerebro y cráneo se encontraban en óptimas condiciones. Fue en el estado de Texas donde se le permitió pelear, a pesar que su visa de ingreso a la nación norteamericana fue negada.
Su pasión por la política se la tatuó en la piel: fiel seguidor del para entonces presidente Hugo Chávez, se hizo mando a hacer un arte en el pecho con la bandera de Venezuela y el rostro del líder socialista. En una ocasión el Inca tuvo un encuentro con éste en el que le mostró su título de la CMB y se dieron un abrazo.
Pero habían problemas en la familia Valero. Su madre y esposa presentaron una denuncia en contra del Inca por maltrato doméstico, la cual rápidamente fue divulgada en la prensa. Tras esto, retiraron la acusación.
Edwin fue arrestado el 25 de marzo de 2010 por amenazar a médicos que trataban a su esposa en un centro médico ¿La razón? Fue ingresada con varios hematomas en su cuerpo, un neumotórax además de una perforación en el pulmón producto de una costilla rota. Ella había asegurado se debió a una caída en unas escaleras, pero los profesionales de la medicina dudaron de la versión.
Valero se presentó en los tribunales y se declaró alcohólico, por lo que estuvo cinco días en el hospital San Juan de Dios por desintoxicación. Posteriormente fueron detectados rastros de metabolitos de cocaína en su sangre.
Poco menos de un mes más tarde, el 17 de abril de 2010, Valera se hospedó con su pareja en un famoso hotel de Valencia, estado Carabobo. Luego de dos horas de conversación en el vestíbulo, subieron a su habitación asignada. Alrededores de las 5:00am del siguiente día Edwin alertó al personal del hotel que había asesinado a Jennifer Carolina de Valero, quien hasta ese momento era su esposa. El cuerpo presentaba tres heridas de arma blanca, amputación del brazo derecho y desprendimiento de los ojos.
Fue recluido en los calabozos de la Policía de Carabobo. A la 1:30am del 19 de abril fue hallado ahorcado con sus propios pantalones. El parte dado por el encargado de la investigación, el para entonces director de la Central de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), Wilder Flores Trossel, Valero ingresó su ropa interior en la boca para no emitir ruidos. Al momento de ser encontrado aún tenía signos vitales, sin embargo falleció pocos minutos después.