Un total de 50 personas fallecidas ha sido el saldo que dejó la represión de las fuerzas de seguridad iraníes contra la ola de protestas tras la muerte de Mahsa Amini, detenida por la “policía de la moral” por no llevar el velo de forma adecuada.
Así lo dio a conocer el director de la oenegé, Mahmood Amiry-Moghaddam, en una entrevista con la agencia de noticias AFP, en la que exigió a la comunidad internacional apoyar al pueblo iraní “contra uno de los regímenes más represivos de nuestro tiempo”.
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Las manifestaciones se han registrado en 80 ciudadanos durante una semana. De acuerdo con la ONG Iran Human Rights (IHR), las muertes se sumaron luego de que seis personas recibieron disparos por parte de las fuerzas de seguridad en la ciudad de Rezvanshahr, en la provincia de Gilan, el pasado jueves.
Por su parte, varios grupos de defensa de derechos humanos han denunciado la situación y apoyan a las distintas comunidades en su lucha contra lo que califican como una represión “brutal”.
Mahsa Amini, de 22 años, fue detenida el 13 de septiembre en Teherán por vestir de manera “inapropiada” por parte de la policía moral. Justo tres días después murió en el hospital, un hecho que estalló en la sociedad e impulsó a las mujeres a quemar sus hiyabs a modo de protesta.